Como buen mes de marzo nos encontramos ya inmersos, y hasta el cuello, en la campaña de la antxoa del Cantábrico.
Llevamos menos de dos semanas de captura y por ahora la campaña está siendo excelente, está entrando antxoa de buen tamaño y de mucha calidad. Con mucha grasa, gorditas y muy buenas.
Y también como todos los años en estas fechas, en la pescadería se repiten los mismos diálogos, conversaciones y tertulias acerca de un tema muy concreto, que es el siguiente: cómo hacer una buena antxoa marinada en vinagre, de las de toda la vida. Pero que salga bien, que quede blanca y durita, que esté rica de sabor, que no esté fuerte ni demasiado sosa y que además se puede consumir con toda la garantía de seguridad alimentaria.
Afortunadamente, los consumidores tenemos cada vez más clara conciencia de que cuando vamos a consumir antxoas preparadas de esta manera siempre hay que congelarlas. Pero la duda está en qué momento de la preparación de la receta hacer la congelación. A este respecto, y para salir de dudas, nosotras hicimos hace unos años un ensayo muy interesante. Congelamos cinco muestras de antxoa, cada una de ellas en diferentes momentos de la receta y realizamos una cata a ciegas con profesionales de la cocina para determinar cuál de todas era la que mejor se conservaba.
El resultado no dio lugar a dudas, la antxoa que mejor preservada todas sus cualidades organolépticas después del congelado era la congelada en aceite. Así que, acuérdate, si vas a animarte a hacer la receta de anchoas en vinagre congélalas al final, en el momento en la que las sumerges en aceite.
En tan solo 5 días las tendrás listas para disfrutarlas con toda seguridad.
On egin!
Ver receta de Antxoas en Vinagre